Por CARMEN SÁNCHEZ
El pobre, el rico, la vedette, las comadres y muchos personajes más, nacieron del esbozo y el dibujo de Eduardo del Río Rius. Bajo el trazo y la palabra, el caricaturista tuvo un protagonismo fundamental en la cultura mexicana, así como en la educación de muchos, quienes aprendieron sobre la realidad humana con sus “horrorosos monos”, como él los llamaba.
Los nacidos en décadas anteriores recordarán haber tenido en su hogar un ejemplar de Los Supermachos y Los Agachados. De niños, los “dibujitos”, sin duda, llamaron su atención, y ya mayores, los textos que acompañaban las ilustraciones, provocaban sonoras carcajadas cuando se entendían los temas que abordaba.
Foto: Especial
Lee también: Juan Calzónzin, El Lechuzo y Arsenio… todo San Garabato Cuc está de luto
Porque Rius influyó a personas de cualquier sector social a conocer sobre distintos tópicos, entre ellos: sociedad, historia, filosofía, religión y medicina con propósitos de divulgación a través de sus historietas y publicaciones, donde hizo una fuerte crítica al sistema político, al consumismo, la religión y por supuesto fue conocida su posición anti-yanki.
Asimismo, a través de su obra, el monero nos enseñó el valor de la nutrición con La panza es primero (1972), nos ilustró con ABChé (1978); al mundo de Platón y Aristóteles como Filosofía para principiantes (1985), sacó ámpula con El amor en los tiempos del SIDA.
No faltó la crítica ácida a los medios de comunicación con Publicidad, televisión y otras porquerías (1989), economía, con El supermercado de las sectas (1999), relució su ateísmo con La Biblia, esa linda tontería, (1996) y aprovechó frases célebres de la política nacional con Votas y te vas (2006), entre otras.
Didáctico, cínico, divertido, prolífico, analítico y con una sencillez e introversión propia de un genio creador, Eduardo del Río Rius deja con su partida un gran vacío en la cultura mexicana, pero también un legado importante mediante su acervo que ha inspirado a caricaturistas y sobre todo, marcó a toda una generación con su humor satírico y mostrar a México con sus virtudes y defectos, así como al mundo que le tocó vivir.
Rius
Fallece Rius, el gran caricaturista mexicano, a los 83 años
Moneros se sienten “huérfanos” con partida de Rius
Rius nunca perdió el humorismo, ni en sus últimos días
Eduardo Umberto García Rius, el hijo desterrado de Zamora