A la hora de definir desde el manchón de penalti, Monterrey fue más preciso, solamente Medina erró; mientras que por los de Coapa Nicolás Castillo y Guido Rodríguez fallaron.
Monterrey es un gran campeón. Antonio Mohamed cobró revancha. Volvió por la copa que una vez dejó.
El juego
La hora cero llegó al estadio Azteca. Ya no había mañana para América y Monterrey, los dos se tendrían que dejar todo en la cancha para definir al nuevo campeón, aunque de arranque, solamente los locales lo entendieron de esa forma.
Los azulcremas no dejaron nada en el vestidor y desde que rodó la pelota fueron un vendaval decidido a llevarse a Rayados por delante.
Muy temprano, el Coloso de Santa Úrsula estalló. Renato Ibarra fue al frente por derecha y se asoció en corto con Viñas. Federico cubrió la pelota con su cuerpo, giró y se dio tiempo para buscar el mejor ángulo de tiro; cuando lo encontró, el uruguayo no perdonó. De su zapato salió una raya potente y colocada que venció a Barovero. ¡Gol de América!
La Pandilla no se hallaba en el campo y era claramente superada por unas Águilas que se llenaron de confianza con el gol tempranero. Muy poco de los regios y la cosa se pondría todavía más cuesta arriba para su causa.