Enfermedades graves como la obesidad, diabetes, pancreatitis, así como trastornos de sueño, hiperactividad e incluso daños psicológicos por baja autoestima, son los resultados de la ingesta de refrescos y bebidas azucaradas en niños y adolescentes, alertó el nutriólogo Luis Ángel Rivera Rodríguez.
Destacó que de manera general los refrescos deberían ser un producto prohibido en niños, mientras que las bebidas azucaradas (jugos y aguas dulces) deberían limitarse a tomar dos veces a la semana, siempre y cuando se acompañen de una dieta balanceada y de ejercicio diario.