Una ola de hechos violentos: asesinatos, asaltos a mano armada, a cuentahabientes, comercios y a casas, una ciudad en penumbra y en completo abandono, así está Tuxtla, que se cae a pedazos mientras el alcalde Carlos Morales Vázquez y el secretario de Seguridad Pública, Jorge Alexis Zuart Córdova socializan y lucen felices en sus eventos.
El descontento social crece como espuma y ante la ausencia de la Policía Municipal, los propios ciudadanos capturan a los delincuentes, a punto de tomar la justicia en sus manos.